domingo, 14 de octubre de 2007

Tras tres meses

Además de una ascensión monetaria en el importe de la beca (360 euros). Uno descubre la incompetencia y la falta de compañerismo que hay en los trabajos. La altanería y falta de humildad, aunque encuentra el resquicio de algunas personas honradas. Existe una falta de educación muy grande en las empresas jerarquizadas, ciertos miedos y falta de profesionalidad. Un cúmulo de miserias a la hora de presupuestar, falta de organización y de métodos para implantar una productividad deseada. Por no hablar de la falta de rigor y del sesgo al que se someten ciertas noticias, supongo que será la astenia otoñal la que ma ha obligado a vomitar todo esto tras tres meses de trabajos manuales. Un placer ser becario, sí.

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